Primavera en el robledal

 14 de junio de 2022

Alegría contagiosa que proviene de vestigios invernales. Del frío, de la paciencia, de la quietud. Ahora todo está recién estrenado. Acudimos a la fiesta de la renovación. Primavera en el robledal. Luminosa convivencia de lo vivo con la luz, el agua, el aire y el suelo. Millones de frondas despuntando. Caminando bajo bóvedas verdes, la clorofila está más traslúcida que nunca. La finura de las hojas sugiere ternura y fragilidad.

Evoco a un naturalista emboscado, Joaquín Araujo. Lo escucho en la radio. Y he leído algunos de sus libros. Dice que inspira aire del bosque y el bosque le inspira. Que todo es verdadero bajo los árboles. Que el bosque construye verdor. Que no excluye a nada ni a nadie. Que es hospitalario, acogedor. Que fabrica sombras y fertilidad natural. Que desprende generosidad. Que todo lo que fabrica para sí mismo termina dándolo a los demás. Que es un cúmulo de riqueza. El verdadero desarrollo sostenible. Que sabe mucho de economía. Que el bosque produce sosiego. Que calma la tristeza. Que es un sanatorio mental. Que es grato y gratuito. Que debemos prestarle más atención. Aprender e imitar el comportamiento del bosque. Mostrarle agradecimiento.

El discurso me parece seductor. Lo esencial de la vida viene de la naturaleza. El bosque nos permite ser. Somos lo que somos porque existe el bosque. El hombre prosperó viviendo en la floresta. Entre los árboles encontramos el paraíso.

Caminando por este robledal uno se da cuenta que la naturaleza es siempre permeable. Se deshace en las rocas. Estructura el suelo, las plantas, los animales. Se transforma en alimento. Y hasta en el oxígeno que conserva la vida en el planeta. Todo palpita. Todo crece. Todo lo mustio se transforma. Todo se recicla.

Respiro humedad. Escucho un leve murmullo. Un reguerillo de agua, que con todo quiere fundirse. Con todo se entremezcla. La tierra está mojada. El bosque lo acoge, sediento de vitalidad. El agua sube por las raíces. Se incorpora a las hojas. A las flores. A los frutos. Al aire. Se integra en todas las formas de vida. El robledal va desplegando su potencial.

Vibra la claridad en el bosque. El viento está apaciguado. Los árboles, repletos de hojas, se mantienen calmados. Pero esta quietud permitirá llegar a remotos rincones del planeta a algunas aves que aquí se cobijan y alimentan.

El planeta gira. Gira continuamente. Nunca se para. Todo es cíclico. Todo se renueva. Todo tiene que terminar para volver a empezar.

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