Secretos del corazón

 3 de abril de 2022

Marimar me recomendó ayer la película “Secretos del corazón”. La vio el pasado viernes por la noche en TVE2. Yo ya guardaba buen recuerdo de ella. Más que recuerdo, una lejana evocación del año 1997. Como Marimar conoce bien mis gustos, y el paso del tiempo ha ido desvaneciendo mi memoria, me he animado a recuperarla visionándola en RTVE Play.


Una maravilla. Ha tocado muchos resortes de mi cerebro. Me ha emocionado. Muchas localizaciones de la película son lugares que transité asiduamente en mi juventud. La vieja estación de autobuses de Pamplona, punto de partida de muchas de mis excursiones. Ochagavía, pintoresco pueblo del valle de Salazar donde se forjaron mis primeros anhelos pirenaicos. Las desvencijadas pasarelas del Club Natación escenifican una de las escenas más poéticas. Atravesé muchas veces el río Arga como los protagonistas de la película, venciendo el miedo, saltando de una en una aquellas pilastras de cemento.

También gocé de un encuentro con Montxo Armendáriz, director y guionista del film. Vivía en La Chantrea, el mismo barrio que yo. Yo era un adolescente y él un joven profesor de electrónica en un centro de FP. Lo conocí en una charla sobre orientación profesional del colegio. Era uno de los cinco o seis ponentes. Todos mostraban una aseada imagen vistiendo chaqueta y corbata. Todos menos él. Él llevaba un jersey de lana que parecía venirle grande. Acentuaba su desaliño con un pelo ondulado y largo. Los conferenciantes fueron exponiendo su información. Una retahíla de datos técnicos, de asignaturas y posibilidades posteriores de empleo.

Montxo Armendáriz habló en último lugar. Me impactó. Han pasado más de 40 años y lo recuerdo vivamente. Apeló a rebuscar en interior de cada uno. A conocer bien nuestros deseos. A lanzarnos sin miedo a cultivar alguna afición en profundidad. Nos dijo que optásemos decididamente por lo que nos provoca pasión. Que tomásemos las riendas de nuestra vida. Que si una asignatura no nos interesaba la podíamos salvar incluso copiando. Pero que dedicásemos tiempo y energía a lo que nos provoca asombro.


Años después, Montxo terminó haciendo de su pasión su profesión y abandonó la docencia. Me agradan mucho otras películas suyas como “Tasio” o “Las cartas de Alou”, pero “Secretos del corazón” me ha conmovido. Con tantos apegos sentimentales es muy probable que sea subjetivo. Pero la película le invita a uno a reflexionar sobre la importancia de conservar la capacidad de asombro. Fascina la mirada limpia de un niño curioso, en permanente búsqueda, tratando de entender las motivaciones de los adultos. Un despertar hacia los misterios de la vida. Un tránsito de la luminosa pureza infantil a los claroscuros de las contradicciones mundanas.

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